PAMPLONA, 12 Oct. - Un grupo de investigadores del Instituto de Biodiversidad y Medioambiente de la Universidad de Navarra, Magna y Emgrisa han llevado a cabo un importante avance en la eliminación del Lindano de los vertederos. Gracias a su trabajo, ahora se puede utilizar un compuesto que permite descontaminar de manera irreversible las zonas afectadas del suelo.

El Lindano es un producto tóxico y persistente que solía utilizarse como plaguicida durante varios años. A pesar de haber sido prohibido en la Unión Europea desde 2008 debido a los daños que causa al medio ambiente y a la salud humana, sigue presente en los suelos y ríos. Además, en 2015 fue declarado carcinógeno por la Organización Mundial de la Salud.

Los investigadores han creado un compuesto con microporos altamente absorbentes en una atmósfera reductora y alcalina. Además, han conjugado dos mecanismos de destrucción química del Lindano, logrando así un producto final económicamente viable, compuesto por materias primas de economía circular y altamente eficaz, según Javier Erro, investigador del Instituto de Biodiversidad y Medioambiente de la Universidad de Navarra.

Este trabajo, financiado parcialmente por el Gobierno de Navarra en el marco del proyecto "Descontaminantes polivalentes (metales pesados y contaminantes orgánicos) para la regeneración y/o protección de suelos y del medio ambiente", ha sido publicado en el Journal of Environmental Management, una revista internacional.

Las principales innovaciones de esta investigación son la aplicación directa del descontaminante al suelo afectado, evitando la necesidad de aislar la zona contaminada; su alta eficacia, demostrando que elimina más del 90% de altas concentraciones de Lindano en poco tiempo y de forma irreversible; y su capacidad polisorbente, lo que permite la recuperación de suelos contaminados por otros compuestos orgánicos e inorgánicos, como los metales pesados.

Este estudio ha incluido la síntesis, caracterización estructural y mecanismo de acción del compuesto propuesto, así como pruebas tanto en laboratorio como en el vertedero de Bailín en Sabiñánigo (Huesca).

Según Erro, aún hay margen de mejora en esta investigación desde el punto de vista tecnológico, y el principal desafío podría ser lograr una mezcla homogénea entre el producto y el suelo contaminado para garantizar un contacto íntimo entre el Lindano y el descontaminante.