En Navarra, el mes de septiembre se ha caracterizado por un clima cálido y predominantemente seco, un fenómeno que ha llevado a que las reservas de agua en los embalses caigan del 46% al 35% en solo un mes. Estos datos son preocupantes, ya que indican una disminución significativa en la cantidad de agua almacenada en la región, lo que podría tener implicaciones para el suministro hídrico a futuro.

Según el informe meteorológico mensual del Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra, el día con las lluvias más notables fue el 20 de septiembre. Ese día, se registraron tormentas con precipitaciones de más de 10 milímetros en solo 10 minutos en varias localidades, incluidas Arangoiti y Pamplona. Asimismo, se reportaron episodios de granizo en estaciones de Alsasua, Irurita, Lerga y Olague, evidenciando la inestabilidad climática que afectó a la zona.

En términos de temperatura, la mayor parte de Navarra ha experimentado cifras por encima de lo habitual, con desviaciones de entre 0,5 y 1ºC en la mayoría de las estaciones meteorológicas. No obstante, algunas áreas como Larraona y Fitero han estado por debajo de los valores promedios. Las mayores variaciones se observaron en Erro, que alcanzó un incremento de 1,8ºC, seguido de Sesma y Azanza con 1,3ºC, y Falces y Aribe con 1,1ºC. El día más cálido de septiembre fue el 19, con registros superiores a los 30ºC, lo que refuerza la tendencia de calentamiento durante este mes.