En una reciente declaración, el europarlamentario de EH Bildu, Pernando Barrena, ha sostenido que persisten casos de personas encarceladas cuyos juicios se basan únicamente en confesiones obtenidas bajo coerción y tortura. Durante un acto celebrado este domingo, Barrena reclamó la revisión de estas sentencias, destacando la necesidad de abordar este asunto de manera justa.

La semana anterior, el Gobierno de Navarra reconoció a Barrena como víctima de tortura, en un acto que también incluyó el reconocimiento de otras 20 personas, amparado por la ley foral 16/2019 que busca la reparación de las víctimas de violaciones de derechos humanos. Hasta ahora, el número total de personas reconocidas bajo esta legislación asciende a 76 en la comunidad foral de Navarra.

En su comparecencia ante el Parlamento de Navarra, Barrena estuvo acompañado por diversos parlamentarios, así como por el alcalde de Berriozar y la concejala en Pamplona, quienes apoyaron su intervención. El europarlamentario recordó años en los que el Estado aplicó medidas severas contra el independentismo vasco, incluyendo legislaciones excepcionales y prácticas de tortura en comisarías.

Barrena, haciendo alusión a un contexto histórico complicado, mencionó que se estima que cerca de mil personas en Navarra vivieron estas circunstancias. Afirmó que tanto familiares como conocidos eran conscientes de los riesgos que implicaba ser detenido por motivaciones políticas, que a menudo conducían a situaciones de abusos y torturas en las instalaciones policiales.

El europarlamentario criticó a algunos líderes políticos y medios de comunicación que negaron la existencia de la tortura, afirmando que tales declaraciones distorsionan la realidad vivida por muchas personas. A su juicio, el reconocimiento institucional por parte del Gobierno de Navarra es un paso significativo hacia la justicia y la verdad histórica.

Barrena subrayó la importancia de conciliar el relato de quienes sufrieron estas violaciones con la historia colectiva, afirmando que es fundamental que se reconozcan los hechos tal como ocurrieron. Resaltó que la tortura ha dejado secuelas profundas, tanto físicas como psicológicas, en un gran número de individuos.

El europarlamentario enfatizó que aún existen personas en prisión cuyos casos están basados en confesiones obtenidas bajo condiciones de tortura. Consideró que esta realidad es sumamente injusta y demandó una revisión exhaustiva de sus condenas, instando a que se establezcan mecanismos para que aquellos que se sientan afectados puedan presentar sus casos.