En un giro impactante de los acontecimientos, Ainhoa Múgica, conocida como 'Olga', exlíder del aparato militar de ETA, ha confesado su implicación directa en el asesinato de José Javier Múgica Astibia, concejal de la Unión del Pueblo Navarro (UPN) en Leiza, durante una declaración ante la Audiencia Nacional. La víctima fue asesinada en 2001 mediante un coche bomba, un brutal acto que ha vuelto a sacar a la luz la historia de la violencia terrorista en España.

En la sesión del juicio, Múgica respondió de forma tajante a la presidenta del tribunal, afirmando con un simple "sí" que se reconocía como autora de este crimen atroz. Su reconocimiento plantea serias interrogantes sobre el legado del terrorismo en el país y la respuesta judicial a estos actos tan devastadores.

La Fiscalía ha solicitado la condena de Múgica a 42 años de prisión y 70 años de inhabilitación absoluta, acusándola formalmente de asesinato terrorista y estragos. Además, se ha pedido que se le imponga la prohibición de acercarse a menos de 200 metros de los familiares de la víctima y que no pueda residir en Leiza durante una década.

Este caso ha sacado a la luz varias pistas que vinculan a Múgica en la planificación del atentado. Una agente de policía, que compareció como perito, mencionó dos pruebas clave: una nota manuscrita que Múgica elaboró junto a un cómplice, Andoni Otegui, en la que se describía el atentado, así como su posición en la organización terrorista.

La acusación detalla que la nota contenía un boceto de una furgoneta y las instrucciones en euskera sobre cómo debía ejecutarse el ataque. El ataque en sí ocurrió el 14 de julio de 2001, cuando se colocó una carga explosiva de entre 2 y 3 kilos de dinamita bajo el vehículo del concejal, detonando en el momento en que la víctima intentaba iniciar su marcha por la mañana.

Según la Fiscalía, el grupo responsable del atentado, conocido como 'comando Argala', estaba conformado por miembros como Andoni Otegui, Óscar Celaraín y Juan Carlos Besance, todos condenados en 2011. Estos operaban bajo las directrices de Múgica, lo que refuerza aún más la imputación de su complicidad en el atentado.

Tanto Múgica como José Antonio Olarra Guridi, otro alto dirigente de la banda, fueron detenidos el 16 de septiembre de 2002 en la localidad francesa de Talence, gracias a la colaboración eficiente entre la Policía Nacional española y la Policía Judicial de Francia. Este caso resalta no sólo la persistencia del terrorismo, sino también los esfuerzos continuos para llevar a la justicia a sus perpetradores.