Crónica Navarra.

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"Psiquiatra Javier Schlatter: La depresión postvacacional es una respuesta natural del ser humano"

La llegada de septiembre trae consigo un regreso a la rutina tras el paréntesis veraniego, un momento que algunos identifican como "depresión postvacacional". Sin embargo, según Javier Schlatter, experto del Departamento de Psiquiatría y Psicología Clínica de la Clínica Universidad de Navarra (CUN) en Madrid, este fenómeno no debe ser considerado un trastorno clínico, sino más bien una "reacción adaptativa natural" al cambio de contexto.

El doctor Schlatter detalla que las personas pueden experimentar una bajada de ánimo temporal debido a la transición del ambiente relajado de las vacaciones a la exigente dinámica del trabajo o los estudios. Lo que muchos denominan "la cuesta de septiembre" es generalmente pasajero y, con el tiempo, tiende a resolverse sin mayores complicaciones. Desde la CUN, enfatizan la importancia de una planificación cuidadosa antes, durante y después de las vacaciones, así como la necesidad de reencauzar la rutina de manera gradual para que el retorno a los hábitos cotidianos sea menos abrupto.

El especialista también señala el impacto que tiene el clima veraniego sobre el estado anímico de las personas. Aunque la luz solar tiende a elevar el ánimo, las olas de calor, como las que se han experimentado recientemente, pueden tener un efecto adverso. Schlatter afirma que "el calor extremo no causa trastornos mentales", pero puede contribuir a la fatiga, alteraciones en el sueño y una sensación de agotamiento general que afecta el bienestar emocional de los individuos.

Asimismo, se menciona la astenia veraniega, un síndrome que se manifiesta como una fatiga persistente sin un origen médico claro. Este estado no necesariamente está vinculado a la tristeza, pero puede obstaculizar la motivación y el desempeño. Schlatter subraya la importancia de diferenciar entre una simple baja de energía y trastornos mentales más serios.

Para evitar o suavizar los efectos de la transición a la rutina, el experto aconseja que el verano sea considerado un verdadero periodo de descanso. La desconexión debe ser total, no solo del trabajo, sino también de la continua exposición a dispositivos digitales. Disminuir el tiempo en redes sociales y limitar el consumo de información puede facilitar una auténtica relajación. Además, cultivar pasatiempos, mantener horarios flexibles y disfrutar de momentos de ocio sin prisas permiten un "reposo de calidad".

Por último, Schlatter también menciona que el "estrés prevacacional" puede dejar una "huella emocional". La acumulación de tareas que se deben completar antes de irse de vacaciones, así como la presión de poder "desconectar perfectamente", puede añadir tensión. Si bien una buena planificación es beneficiosa, es crucial recordar que no todo se puede controlar. Adoptar una actitud flexible y realista es esencial para disfrutar de las vacaciones y facilitar un retorno a la rutina sin frustraciones, concluye el especialista.