Crónica Navarra.

Crónica Navarra.

Los habitantes de Vera de Bidasoa ponen en valor su localidad milenaria

Los habitantes de Vera de Bidasoa ponen en valor su localidad milenaria

Los habitantes de Vera de Bidasoa, un pequeño pueblo en el norte de Navarra, están decididos a poner en valor su localidad milenaria. A pesar de su tamaño modesto, este pueblo cuenta con una larga historia que se remonta a la época romana. Situado en la confluencia de los ríos Bidasoa y Ezkurra, la villa desempeñó un papel clave durante la Reconquista de la península ibérica por parte de las tropas cristianas.

Un patrimonio histórico y cultural rico y variado

El patrimonio histórico y cultural de Vera de Bidasoa es tan rico y variado como su larga historia. El casco antiguo de la villa, con sus calles estrechas y empedradas y sus casas de piedra, es un testimonio vivo de la vida rural de la Navarra medieval. En el centro histórico de la villa, se encuentra la iglesia de Santa María de la Asunción, un edificio románico que data del siglo XII. La iglesia es uno de los monumentos más importantes de la villa, y su interior alberga numerosas obras de arte religioso.

Además de la iglesia, Vera de Bidasoa cuenta con otros edificios históricos de interés, como el palacio del conde de Ezpeleta, la casa-torre de los Uranga, el ayuntamiento o el arco de Santa Ana. Además, el pueblo es famoso por su antigua tradición de trabajos con la madera, que se ha mantenido viva a lo largo de los siglos.

Un entorno natural privilegiado

Vera de Bidasoa está ubicada en un entorno natural privilegiado, rodeada por verdes colinas, bosques frondosos y ríos cristalinos. El paisaje circundante es ideal para los amantes del senderismo y la naturaleza, con multitud de rutas y senderos para recorrer a pie o en bicicleta. Algunas de las rutas más populares son la Ruta de los Molinos, la Ruta de los Robles o la Ruta de los Pasos.

La fauna y flora de la zona también son de gran interés, y en los bosques de alrededor de la villa viven especies animales tan emblemáticas como el jabalí, el corzo o el zorro. Las aves rapaces son otra de las atracciones naturales de la zona, y se pueden avistar con facilidad especies como el águila real, el buitre leonado o el halcón peregrino.

Tradición y cultura

A pesar de su pequeño tamaño, Vera de Bidasoa cuenta con una intensa vida cultural y tradicional. El pueblo es famoso por su música tradicional, especialmente por sus gaiteros, y en las fiestas del pueblo se pueden escuchar los acordes de los instrumentos típicos de la región.

Además, la gastronomía local es una auténtica delicia, con platos tan típicos como el chilindron (un guiso de carne con pimientos) o las migas. El aceite de oliva y el vino también son productos de gran calidad en la zona, y en los restaurantes y bodegas de la villa se pueden degustar los mejores ejemplos de la gastronomía navarra.

Un pueblo vivo y acogedor

En resumen, Vera de Bidasoa es un pueblo vivo y acogedor que vive con pasión su milenaria historia y su riqueza cultural y natural. Los habitantes de la villa están decididos a poner en valor su patrimonio y atractivos, y a atraer a turistas de todo el mundo que quieran descubrir la auténtica Navarra.

  • La villa cuenta con numerosos alojamientos rurales y casas de alquiler para los visitantes que quieran disfrutar de la tranquilidad y el encanto del pueblo.
  • Además, la villa es un punto de partida ideal para recorrer otros lugares de interés de la región, como el Parque Natural de Bertiz o la ciudad de Pamplona, famosa por sus fiestas de San Fermín.

En definitiva, Vera de Bidasoa es un tesoro oculto en plena Navarra, un pueblo con historia, tradición y una belleza natural deslumbrante que merece la pena descubrir y disfrutar.