Sentenciado a dos años de cárcel por violencia y amenazas contra su pareja en la región de Pamplona.
PAMPLONA, 17 de diciembre.
La jueza del Juzgado de lo Penal número 5 en Pamplona ha dictado una sentencia que condena a un hombre a dos años de prisión tras haber amenazado a su pareja y agredirla en más de una ocasión, incluyendo un incidente en el que le propinó un puñetazo en el brazo derecho. Este caso resalta la preocupante realidad de la violencia doméstica y la importancia de un sistema judicial que actúe con firmeza en su contra.
Según lo establecido en la sentencia, que todavía puede ser apelada ante la Audiencia de Navarra, el acusado, de 38 años de edad, ha recibido una pena de 8 meses de cárcel por el delito de malos tratos, a lo que se añade 1 año y 4 meses por un delito de amenazas. La resolución del tribunal refleja la gravedad de estos delitos y la necesidad de proteger a las víctimas de la violencia en el hogar.
En este caso, se han considerado varias circunstancias que influyen en la sentencia: la adicción grave del imputado a sustancias estupefacientes ha sido considerada como atenuante, mientras que su reincidencia en el primer delito y el vínculo de parentesco con la víctima han sido factores agravantes. Adicionalmente, se ha impuesto al condenado la prohibición de acercarse a menos de 200 metros de la denunciante ni comunicarse con ella durante un periodo de 6 años; además, está obligado a indemnizar a la víctima con 200 euros.
Desde el Tribunal Superior de Justicia de Navarra se ha informado que el encausado ya contaba con antecedentes penales, habiendo sido condenado previamente en una sentencia firme el 8 de abril de 2019 por el mismo juzgado. Esto pone de manifiesto un patrón de conducta preocupante que las autoridades deben abordar con urgencia.
Los hechos ocurridos el 24 de abril de 2021 revelan una escalofriante dinámica de violencia. Durante una discusión en el coche de la madre de la víctima, este comportamiento se intensificó y él comenzó a lanzar insultos y a amenazar a su pareja, generando una situación de miedo palpable. La discusión finalizó con violencia física cuando, tras romper una ventana del coche, le propinó un puñetazo en el brazo. En un acto de desesperación, la mujer envió un mensaje de auxilio a sus caseros utilizando la palabra “policía”.
La situación culminó con la detención del hombre en Pamplona, lo que indica la necesidad de una respuesta rápida por parte de las fuerzas de seguridad en casos de violencia de género. Así lo destaca la sentencia, que también señala que el acusado presentaba un trastorno de la personalidad relacionado con el consumo agravado de múltiples drogas y alcohol, lo que afectaba sus capacidades intelectivas y volitivas de forma moderada.
La magistrada aseguró que no hay razón para cuestionar la sinceridad de la declaración de la víctima, quien, aunque tardó un año y medio en formalizar su denuncia, se permitió utilizar su testimonio como evidencias contundente en el juicio. La credibilidad de su relato se sustentó, además, en grabaciones que realizó durante los incidentes anteriores.
Respecto a las amenazas recibidas, la jueza destacó que las grabaciones obtenidas por la denunciante corroboraban su testimonio. La evidencia del puñetazo en su brazo derecho fue igualmente validada por fotografías que la víctima aportó junto a su denuncia, mostrando un hematoma visible, lo que fortalece la argumentación en pro de la veracidad de su relato.
A pesar de las pruebas presentadas, la juez no encontró suficiente evidencia que acreditara la existencia de maltrato habitual, por lo que el procesado fue absuelto de este cargo adicional, lo que pone de relieve la complejidad de los casos de abuso y la importancia del marco legal para alcanzar un veredicto justo.
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