La Mesa del Parlamento de Navarra ha tomado la controvertida decisión, este lunes, de rechazar la moción presentada por Vox contra la inmigración ilegal, impidiendo así su debate en la Cámara. PSN, EH Bildu y Geroa Bai se opusieron a tramitar esta iniciativa, mientras que UPN la respaldó. Los demás grupos no participaron en la votación de la Mesa, pero Geroa Bai y Contigo-Zurekin respaldaron la decisión de no admitir la moción, mientras que PPN y Vox la criticaron.

Este rechazo ha generado polémica entre los partidos políticos. Mientras que PSN, EH Bildu, Geroa Bai y Contigo-Zurekin han tildado la moción de "xenófoba", UPN, PPN y Vox consideran que al rechazar su tramitación se está limitando la libertad de los grupos para presentar propuestas.

La moción de Vox argumentaba que la inmigración ilegal está causando problemas graves en la sociedad española, como apuñalamientos, agresiones y ataques violentos, y pedía medidas concretas como la expulsión inmediata de inmigrantes ilegales, el cierre de centros de acogida y la no colaboración con organizaciones vinculadas al tráfico de personas.

Tras la reunión de la Mesa y Junta de Portavoces, el portavoz de UPN, Javier Esparza, criticó al PSN y sus aliados por negarse a abordar los problemas reales de la sociedad navarra y censurar una propuesta que cumplía con los requisitos reglamentarios.

Por su parte, el portavoz de PSN, Ramón Alzórriz, calificó la moción de Vox como xenófoba, racista y posiblemente un delito, señalando que están considerando llevar el tema a la Fiscalía. Esta postura fue respaldada por EH Bildu, Geroa Bai y Contigo-Zurekin, quienes condenaron el discurso de odio y rechazo presentado en la moción.

La representante de Vox, Maite Nosti, anunció que seguirán presentando sus propuestas a pesar de los ataques recibidos, y criticó la actitud autoritaria de aquellos que intentan silenciar su voz. La tensión en la Mesa se evidenció cuando se intercambiaron insultos como "xenófobo" y "bocachanclas".

Con posturas encontradas, la Mesa del Parlamento de Navarra ha generado un debate intenso sobre la libertad de expresión y los límites éticos en la política, reflejando tensiones ideológicas que persisten en la sociedad actual.