En Pamplona, el pasado 30 de noviembre, se llevó a cabo una manifestación que reunió a aproximadamente 8.000 asistentes, según los organizadores del evento. Esta movilización exigió la ruptura de "todo tipo de relaciones" con Israel, así como un "embargo total de armas" dirigido hacia este país, además de un reclamo por un "alto el fuego inmediato y permanente en Palestina".
Convocada por la plataforma Yala Nafarroa, la marcha dio comienzo pasadas las 17:30 horas desde la plaza de Europa, donde los participantes fueron precedidos por una gran bandera palestina y una pancarta que proclamaba el lema 'Ruptura total con Israel. Konplizitatea stop'. A lo largo del recorrido, que tuvo lugar por diversas calles de la ciudad, se escucharon consignas como 'Boicot a Israel', 'No es una guerra, es un genocidio', 'Donde están, no se ven, las sanciones a Israel' y 'Israel asesina, Europa patrocina'.
El recorrido de la manifestación incluyó la avenida Bayona y continuó por la avenida del Ejército, luego por la avenida Baja Navarra, hasta llegar a la plaza de las Merindades, y finalmente se deslizó por Carlos III hasta la emblemática plaza del Castillo. En este punto, se realizó la lectura de un comunicado que advertía sobre el peligro de que "occidente está virando hacia un autoritarismo belicista que estremece". En este mismo comunicado, se desacreditaron las acciones que se consideran irresponsables por parte de ciertos gobiernos, señalando la necesidad de intensificar la presión desde la sociedad civil hasta que Israel sea tratado como un "estado paria", similar a lo que ocurrió con Sudáfrica durante el apartheid.
Previo al inicio de la marcha, Lidón Soriano, en representación de Yala Nafarroa, realizó declaraciones a los medios donde subrayó que "estamos aquí una vez más para seguir denunciando esta situación de genocidio y demandar a nuestros gobiernos su obligación de cumplir el derecho internacional". En su discurso, enfatizó que los gobiernos "están obligados a detener la compraventa de armas a Israel, deben imponerle sanciones por sus continuas violaciones del derecho internacional" y que es necesario "romper relaciones" con este país.
Asimismo, Soriano resaltó la importancia de que, conforme al mandato del Tribunal Internacional de Justicia, "todos los gobiernos están obligados a hacer todo lo que esté en su poder para poner fin al apartheid y la ocupación en Palestina". En su declaración, hizo énfasis en la exigencia de un "alto el fuego" y la aplicación de sanciones contra Israel. Además, instó a trabajar para recuperar a Palestina como "la tierra que siempre fue: un cruce de culturas y un lugar donde se podía vivir en paz".
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