PAMPLONA, 16 de octubre. En un evento celebrado en el Salón de Recepciones del Ayuntamiento de Pamplona, se ha dado a conocer el informe elaborado por un comité de 14 expertos. Esta propuesta sugiere una profunda transformación del Monumento a los Caídos, incluyendo la creación de un museo memorial que modificará significativamente la estructura y la iconografía del edificio.

El alcalde de Pamplona, Joseba Asiron, estuvo presente en el acto, en el que expresó su agradecimiento a los expertos por su “dedicación y sensibilidad” al abordar la resignificación de lo que él califica como un “monumento cargado de dolor”. Asiron subrayó que no se podía dejar el monumento tal y como estaba, y destacó el consenso logrado a través del diálogo para transformar este lugar en un “espacio de memoria democrática que sirva como denuncia del fascismo”.

El comité de expertos ha reflejado en su informe que esta “transformación profunda” de los elementos arquitectónicos del monumento representará una “ruptura total con los valores antidemocráticos” que este lugar ha simbolizado. Se ha argumentado que derribarlo no sería lo más sensible, ya que se perderían pruebas de la historia, sugiriendo que la conservación de estos elementos puede servir como un recurso para la construcción de la memoria histórica.

La propuesta incluye un cambio radical en los usos del espacio, transformando el monumento, que originalmente exaltaba el totalitarismo, en un lugar de reflexión crítica y conocimiento. Se prevé un enfoque educativo que permita acceder a las raíces históricas del golpe de Estado de 1936, promoviendo valores democráticos.

Las recomendaciones del informe integrarán las bases para un concurso internacional de arquitectura, con el objetivo de desarrollar el proyecto definitivo de resignificación del Monumento a los Caídos. Es fundamental que se reduzca el protagonismo de la cúpula y el tambor, indicando la necesidad de elementos adicionales que filtren su visibilidad desde los espacios interiores y que faciliten visitas guiadas.

Se ha propuesto también mediatizar la interpretación del fresco que adorna la cúpula, y transformar la cripta eliminando los elementos funerarios para dar un nuevo sentido al espacio, posiblemente albergando proyectos de arte contemporáneo.

En lo que respecta a las arquerías, se valora la posibilidad de eliminarlas hasta la cota cero de la plaza, un cambio que podría incrementar la conexión con el espacio público, aunque se advierte que esto también podría resaltar la desproporción del monumento en su nueva altura.

El informe también aborda la cuestión de la iconografía y los textos conmemorativos, sugiriendo que se musealicen y se interpreten correctamente, especialmente aquellos que están vinculados con la Cruzada y el nacional-catolicismo en Navarra, con la idea de retirar los mármoles originales de inscripciones.

La planificación del nuevo museo debe considerar diversas necesidades funcionales, como acceso, espacios para exposiciones y actividades educativas, así como la posibilidad de construir una serie de edificios anexos que enriquezcan el conjunto arquitectónico.

Respecto al entorno inmediato del edificio, el informe sugiere que la plaza podría ser conservada tal cual o transformada completamente, incluyendo la reubicación de algunas esculturas significativas para integrarlas en la nueva propuesta arquitectónica.

La propuesta contempla un enfoque global que entrelaza aspectos museológicos, urbanísticos y de gestión, buscando colaboración entre distintas instituciones y la comunidad. El museo se conectará con otros espacios memoriales en Navarra y apoyará el programa 'Escuelas con Memoria', promovido por el Instituto Navarro de la Memoria.

El comité resalta la importancia de involucrar a la ciudadanía, especialmente a asociaciones dedicadas a la memoria histórica, sugiriendo la realización de un registro arqueológico y la posibilidad de visitas durante la ejecución de las obras.

Además, el nuevo museo se orientará a abordar temas actuales como las violaciones de derechos humanos y el surgimiento de movimientos neofascistas, estructurando su exposición permanente en tres secciones: la historia del edificio, el análisis crítico del concepto de “caídos”, y la cultura de guerra asociada a las ideologías belicistas.

Desde una perspectiva educativa, se pretende que el museo sea un “laboratorio de conciencia democrática”, dotado de recursos para desarrollar actividades que fomenten la participación del público. El informe incierta que la implementación educativa no debe esperar a la finalización del proyecto, sugiriendo visitas guiadas a las intervenciones en curso.

Por último, para facilitar el conocimiento histórico, se sugiere el desarrollo de una plataforma digital que incluya información sobre el proyecto original, su contexto y la narrativa de personajes relevantes, como los generales Mola y Sanjurjo, que han estado asociados a la historia del monumento.