PAMPLONA, 18 de diciembre. La comunidad laboral de BSH en Navarra ha alzado la voz en contra de la reciente decisión de cerrar la planta de Esquíroz, una acción que han calificado como "injusta y completamente desproporcionada". Los trabajadores no solo protestan, sino que han hecho un llamado a "hacer reversible" esta decisión e instan a las instituciones de Navarra a implicarse en la situación.
Este miércoles, los empleados se congregaron frente al Parlamento de Navarra como parte de una serie de movilizaciones organizadas por el comité de empresa tras el anuncio del cierre. En la manifestación, desplegaron una pancarta que rezaba 'BSH no se cierra. Por la industria navarra', mientras lanzaban consignas como 'BSH solución', 'Bosch, escucha, Esquíroz está en la lucha' y 'Chivite, escucha, saca de la hucha'.
En sus intervenciones a los medios, Juan José Hermoso de Mendoza, presidente del comité de empresa, expresó que se reunirán esta tarde con representantes del Gobierno de Navarra para "evaluar el nivel de compromiso que están dispuestos a exhibir, así como para obtener información detallada sobre la situación".
Hermoso de Mendoza criticó que el martes, el comité intentó comunicarse con José Juste, director del área industrial de BSH España, quien, según su relato, contestó que "no era el momento adecuado" y que "quizás más adelante podría haber un intento de conversación". A esto, el presidente del comité lamentó: "Es inconcebible que una persona que ha formado parte de la decisión de cerrar una planta no esté dispuesta a mantener una comunicación fluida con la representación legal de los trabajadores en una situación tan delicada".
El presidente también advirtió sobre las repercusiones que el cierre tendrá en las empresas proveedoras y auxiliares relacionadas con la fábrica de Esquíroz, lo que afectará a más de 1.000 trabajadores. "Los problemas son inminentes, eso es un hecho, y con el tiempo, irán dándose cuenta de la gravedad de la situación", agregó.
Por su parte, Xabier Tejero, delegado de UGT en el comité, reafirmó que "la situación, evidentemente, es reversible y lucharemos por ello". Aumentó la expectativa en torno a la reunión con el Gobierno de Navarra, donde espera obtener una "visión clara de lo que la empresa realmente desea", dado que hasta el momento, lo único que han recibido es una lectura de un documento en diez minutos seguido de la salida del representante.
Al ser cuestionado sobre si considera que la empresa ha "ocultado su situación", Tejero respondió afirmativamente, afirmando que "así lo entendemos, ya que en una reunión trimestral la semana pasada, la dirección no nos transmitió ningún problema de esta índole".
Durante la concentración, José Juste y Xabier Tejero leyeron un comunicado, tanto en castellano como en euskera, en el que criticaron "la falta de humanidad y empatía de la dirección" de BSH, apuntando a las decisiones tomadas en los últimos años que han afectado a Esquíroz y que se inscriben en un preocupante panorama de desmantelamiento del tejido industrial en Navarra, mencionando también casos como Sunsundegi y Acciona Energía.
En su declaración, enfatizaron que son "el último eslabón de varias generaciones que han trabajado en empresas que nacieron y se desarrollaron en Navarra, con un fuerte arraigo en la comunidad, incluyendo antiguas empresas como Orbaiceta, Super Ser, Safel, Agni y Ufesa, que fueron adquiridas por la multinacional alemana BSH hace tres décadas". Subrayaron: "No podemos permitir que la planta de Esquíroz, la única existente en Navarra, desaparezca".
El cierre de esta planta se enmarca en un contexto donde se intenta poner fin a la histórica presencia de BSH en Navarra, lo cual se añade a cierres anteriores de plantas como Ufesa en Etxarri Aranatz en 2005, Estella en 2015 y el desmantelamiento del centro de Huarte.
Ante esta situación, los trabajadores han destacado que su objetivo es "hacer reversible la decisión del cierre de la fábrica", considerándola una medida "injusta y totalmente desproporcionada", especialmente dado que "recientemente se había discutido que para mantener los empleos actuales, era necesaria solo un leve incremento en la producción anual de unos 50.000 frigoríficos".
Por lo tanto, han hecho un llamado a la ciudadanía y solicitado "la implicación de nuestras instituciones públicas" para asegurar la permanencia de la planta, ya que entienden que esta situación requiere una respuesta colectiva y decidida para preservar el futuro industrial de Navarra.
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